martes, 10 de agosto de 2021

ANTÓN MARTÍN, PRIMER COMPAÑERO DE SAN JUAN DE DIOS Y COFUNDADOR DE LA ORDEN HOSPITALARIA.

Hermano Antón Martín.

Antón Martín nació el 25 de marzo de 1500, en Mira (Cuenca).

Los primeros años de su vida los pasó en el domicilio familiar dedicado a las faenas del campo, hasta que, habiendo fallecido su padre y contrayendo su madre segundas nupcias decidió abandonar su casa para trasladarse a Valencia para trabajar como Atalayero o vigía  en las costas del Mediterráneo. Posteriormente abandonó aquella ocupación  para ejercer, en la ciudad de Requena, como guarda del Registro en la Aduana  o Porto Seco, donde pagaban impuestos las mercaderías que pasaban de Valencia a Castilla y viceversa.

Estando en Requena recibió la noticia de la muerte de su hermano Pedro de Aragón, que trabajaba de labrador en Guadahortuna (Granada), a manos de Pedro de Velasco. Provisto de poderes otorgados por su madre para entablar el pleito, se trasladó a Granada para gestionar el encarcelamiento del asesino de su hermano y conseguir la sentencia de muerte.

PRIMER HERMANO DE SAN JUAN DE DIOS.

Conocedor  San Juan de Dios la existencia de este proceso judicial, le pidió a Antón Martín que perdonase al asesino de su hermano, sentenciado a muerte, quedando tan prendido de los buenos consejos y palabras de San Juan de Dios, que decidió excarcelar a Pedro de Velasco al tiempo que le pidió ser admitido en su Compañía. "Yo os de he llevar a la cárcel para que se haga de forma oficial el perdón del preso; pero me habéis de llevar después a vuestro Hospital donde quiero  quedar de enfermero y criado de los pobres que allí sufren para toda la vida".

Así, de este modo, quedó incorporado a la Compañía, lo mismo que Pedro de Velasco, siendo así como San Juan de Dios tuvo sus dos primeros  Hermanos.

Admitido por San Juan de Dios se preparó bajo su dirección para hacer una confesión general. Arrepentido y con lágrimas se convenció San Juan de Dios de la sinceridad de sus deseos, y lo vistió con el hábito hospitalario.

Con la finalidad de garantizar la asistencia de los pobres de su Hospital, y para asegurar al personal a sueldo que disponía,  San Juan de Dios fue a pedir limosna a las Cortes, que en aquella época estaba en Valladolid. Sin embargo, antes de emprender el largo viaje, presentó a Antón Martín a sus compañeros , como Hermano Mayor en su ausencia.

Al regresar del largo viaje, quedó sorprendido al constatar el estado del Hospital en tan perfecto estado y orden.

San Juan de Dios salió del Hospital para ir a morir en casa de los Sres. García de Pisa, si bien con anterioridad encargó la dirección a Antón Martín, dándole prudentes consejos  y suplicándole  que tuviera los máximos cuidados , para que todo se hiciera, en su ausencia, con gran caridad y celo.

ANTÓN MARTÍN TOMA LAS RIENDAS DEL HOSPITAL 

Antón Martín, discípulo predilecto de San Juan de Dios, fue el encargado de continuar su obra, quedando a su muerte como Hermano Mayor del Hospital de la Cuesta de la calle de los Gomeles, siendo confirmado en el cargo por el arzobispo de Guerrero, después de que San Juan de Dios recibiera cristiana sepultura.

Antón Martín, al frente de aquella pequeña comunidad de Hermanos Hospitalarios, dependientes en todo momento de su autoridad, continuó en la misma línea que en vida de su Fundador.

CONTINUADOR DE LA OBRA JUANDEDIANA.

Con las limosnas conseguidas, pagó las deudas del Hospital, puso en orden los asuntos pendientes y, dejando al frente del Hospital a los Hermanos Domingo Benedicto y Alonso de Tringano, emprendió viaje a Madrid allá por el año 1522, y allí fundó  el Hospital Nuestra Señora del Amor de Dios, que supuso una de las mejores  instalaciones benéfico asistenciales de Madrid, donde encontraron amparo  y consuelo para sus enfermedades los madrileños pobres

Antes de morir, reunió a los Hermanos que constituían la incipiente cominidad hospitalaria  y les exhortó  para que continuasen el proyecto que él mismo había iniciado.

Falleció en Madrid, el 21 de diciembre de 1553. El entierro se efectuó  conforme lo dispuesto en su testamento, recibiendo sepultura en la iglesia del Convento de San Francisco, por no estar concluída la capilla de su hospital. A día de hoy, y después de varios siglos de traslados, sus restos mortales descansan en el madrileño Hospital San Rafael.

No hay comentarios:

Publicar un comentario