domingo, 19 de septiembre de 2021

¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO HIJO CUANDO NOSOTROS FALTEMOS ?. LA PREOCUPACIÓN DE LAS FAMILIAS CON UN HIJO CON DISCAPACIDAD PSÍQUICA O ENFERMEDAD MENTAL.


 La principal preocupación de las familias con hijos o hijas con discapacidades psíquicas, enfermedades mentales u otras discapacidades físicas o sensoriales,  es pensar lo que les ocurrirá y quién los cuidará el día que ellos falten.

Ciertamente, la inmensa mayoría de las familias en esta situación, se han planteado infinidad de veces esta incógnita que planea permanentemente y con insistencia, como "mosca cojonera", en sus atormentados pensamientos por estas circunstancias, porque obviamente, por ley de Vida, son los padres quienes suelen  avanzarse a sus respectivos hijos en abandonar este mundo en que vivimos, salvo que ocurra alguna inesperada  enfermedad o accidente que altere este procedimiento.

Personalmente, a lo largo de mi septuagenaria existencia, he conocido, lamentablemente,  numerosos casos en que hijos e hijas de estas familias, han fallecido, anticipándose a sus progenitores, por causas muy diversas, entre ellas por circunstancias accidentales -- asfixia al atragantarse alimentos mal masticados u objetos diversos que se han llevado inconscientemente  al interior de sus bocas -- así como otras derivadas de enfermedades de las que, como todos, puedan haber sufrido, y por patologías propias de los cuadros clínicos de sus propias discapacidades o enfermedades, entre otras.

Las personas, en términos generales, no suelen ser conscientes de que sus vidas, están pendientes de un hilo,  y que en el momento menos pansado,  pueden  irse de esta terrenal existència,  como acontece diariamente  a nivel mundial con millones y millones de personas. Todos y todas  tienen exactamente las mismas posibilidades, si bien se desconoce  el día, el mes y el año en que se consumirá  esta certera y real posibilidad, una muestra más de la riqueza espiritual de la Creación. 

Precisamente, por estos motivos, no deberían  preocuparse por el futuro de sus respectivos hijos e hijas. Llegado el momento, ocurrirá inevitablemente lo que tenga que acontecer. Ni más ni menos.  Las Administraciones Públicas y los Servicios Sociales de nuestra sociedad, cuentan  con los medios necesarios para dar cumplida respuesta, en cada caso, a las necesidades derivadas de las situaciones comentadas, para asegurar la asistencia  y protección  necesaria a estas personas necesitadas de los cuidados y atenciones que puedan precisar a lo largo de sus vidas, con los mayores índices de calidad que en cada momento sea posible. 

2 comentarios:

  1. Por suerte, estamos en un país avanzado en estos menesteres, en el que se sabe a ciencia cierta, que serán atendidos correctamente, incluiso con su dosis supletoria de cariño que sus padres ya no podran darles. Asumir esta realidad hace más intenso el día a día con ellos, por eso hay que disfrutar cada momento que se vive al instante. La felicidad va ligada a no pensar con tristeza.

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    1. Muy acertadas tus palabras, Carlos. Efectivamente así es.
      Un abrazo

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