Cráneo inca, de unos 600 años de antigüedad, que se conserva en el Museo Oro del Perú. Lima.
La trepanación, actualmente denominada craneotomía, es una práctica quirúrgica realizada desde hace siglos para acceder al cerebro, mediante una escisión en el cráneo, que consiste en efectuar unos cortes con forma cuadrada o practicando unos agujeros.
Está considerada como una de las técnicas quirúrgicas más antigua que se conocen, siendo practicada por diversas culturas a lo largo de la historia.
Los egipcios fueron pioneros en aplicar, de manera rudimentaria la trepanación, con escasas medidas higiénicas y sin anestesia. Sin embargo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Miami, en Florida, determinó que la cultura inca fue la que mejor desarrolló esta práctica.
Antiguamente se realizaba con el objetivo de tratar enfermedades consideradas de origen cerebral, como epilepsias, migrañas y desórdenes mentales, mientras que en la actualidad se emplea como acceso quirúrgico en algunas operaciones de neurocirugía , como en el caso de tumores cerebrales o para tratar el hematoma subdural cuando cursan con hipertensión intracraneal.
En la antigua Grecia, Hipócrates explicó el procedimiento para realizar una trepanación, que consistía en sedar a la persona con hierbas o embriagándolo, para extirparle la parte del hueso de la cabeza que estuviese en mal estado, y le colocaban una placa de metal.
En Egipto conservaban los fragmentos de hueso extraídos del cráneo utilizándolos como amuletos religiosos. Los soberanos tenían la costumbre de que les efectuaran la trepanación cuando estaban a punto de morir, para que su alma pudiera abandonar el cuerpo por el agujero practicado en el cráneo.
En el Sanatorio psiquiátrico de Sant Boi hasta la década de los años 50 del siglo XX, se practicaron algunas “Lobotomías” en enfermos esquizofrénicos y también en algunos que sufrían “depresión severa”.
ResponderEliminarEn aquella época las personas con desórdenes psiquiátricos eran amontonadas en hospitales abarrotados, cabe recordar que el Psiquiátrico de Sant Boi llegó a albergar a 1.700 enfermos, en su mayoría pacientes que no tenían esperanza de curarse o de regresar a casa.
El sistema nervioso de los pacientes “lobotomizados”
quedaba marcado para siempre, y su manera de comportarse y de experimentar la vida, también.
Los enfermos que conocí que habían sido sometidos a lobotomía, quedaron atontados, incapaces de comunicarse, e incluso caminar o alimentarse por sí mismos
Muy agradecido Gabriel por estas explicaciones, muy aleccionadorasº, que vienen a completarel conocimiento de lo que han supuesto para algunas personas asiladas en los hospitales psiquiátricos de Sant Boi la práctica de estas intervenciones. Te lo agradezco muy sinceramente por lo que supone conocer sus consecuencias en los casos comentados.
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