martes, 26 de mayo de 2020

31 DE MAYO : 139 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN DE HERMANAS HOSPITALARIAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.

 Los fundadores.  El Padre Benito Menni, en el centro de la imagen;  María Josefa Recio Martin, a la derecha de la imagen, y  María Angustias Giménez Vera, a la izquierda de la imagen.



El Padre Benito Menni  había llegado a Barcelona el día 6 de abril de 1867, por mandato de su Superior General, Padre Juan María Alfieri y con la bendición del Papa Pío IX, para restaurar la extinguida Orden de San Juan de Dios en España, abriendo la primera Casa el día 14 de diciembre de 1867, que fue  Asilo - Hospital para niños escrofulosos y raquíticos pobres, siendo, al mismo tiempo, el primer hospital infantil de España y el tercero de Europa. Continuó el  Padre Menni en su labor restauradora estableciendo hospitales psiquiátricos en diversos municipios y ciudades españolas, pero seriamente preocupado por la situación marginal y desamparo en que se hallaban en España las niñas y mujeres pobres con discapacidades psíquicas y/o  enfermedad mental.

 Con la anuencia del arzobispo de Granada llegó el Padre Menni  a aquella ciudad a finales de julio de 1878, y el 22 de agosto firmó, junto con el arzobispo, la escritura pública  en virtud de la cual el prelado  hacía entrega a los Hermanos, de la basílica de San Juan de Dios, donde se veran las reliquias del santo.

En el transcurso de la estancia del Padre Menni en aquella ciudad, dos jóvenes granadinas, María Josefa Recio Martín y María Angustias Giménez Vera tuvieron ocasión de conocer al Padre Menni hasta el punto de haber encontrado en él al director espiritual que pacientemente les escuchaba, percibía sus inquietudes y en particular los ímpetus religiosos de María Angustias, que le confió una ilusión que guardaba con mucho secretismo: fundar una congregación.

Durante el tiempo que el Padre Menni residió en Granada,  ambas jóvenes tuvieron  ocasión de recibir muchos  consejos dirigidos  al aprovechamiento de la vida del espíritu y a la práctica de las virtudes cristianas, y consecuentemente  cada vez seguían más unidas poniendo en práctica  cuanto el Padre Menni les enseñaba en materia de virtud y devociones.

Tras el fallecimiento del marido de María Josefa y de la madre de María Angustias, las dos jóvenes  pidieron al Padre Menni los deseos de caminar bajo su dirección espiritual,  al verse liberadas  de los lazos que, hasta aquel momento,  les  impedían  consagrar sus vidas a Dios.

 En 1877 el Padre Menni había abierto un  hospital psiquiátrico en Ciempozuelos (Madrid), y  en función del  contrato establecido con la Diputación,  ingresaban en aquel establecimiento los hombres  con enfermedad mental de la provincia de Madrid. Un privilegio que conseguían en aquella época solamente los hombres, pero la asignatura pendiente que tenía el Padre Menni de  ofrecer los mismos servicios a las personas del sexo femenino, no era posible al no disponer de  un establcimiento para poderles ofrecer la debida asistencia.

Unos años después, en 1880, las dos jóvenes granadinas recibieron una  carta del Padre Benito Menni, desde Ciempozuelos, en la que les decía: "Hijas, si queréis podéis veniros. Ya os tengo preparada una casita para que viváis en compañía de una buena señora, que saldrá conmigo a la estación a esperaros".



  


Y sin pensárselo dos veces ni  comunicarlo a nadie, a las 02:00 horas de la madrugada del dia 21 de junio, y sin hacer ningún ruído, como dos sombras fantasmales  fugitivas se dirigieron con rapidez a la estación del ferrocarril, que les llevaría a Córdoba, y de allí, a Ciempozuelos.

En la estación de Ciempozuelos, les esperaba el Padre Benito Menni y la señora que las hospedaría en una habitación de su casa.

Después de unos breves saludos, marcharon en dirección a la casa de la señora Joaquina Seijás del Rincón, donde permanecieron acogidas algunos meses,  en una habitación sumamente pobre y húmeda, que solamente tenia un catre y dos cofres. Para sentarse tenían dos grandes pedruscos.

La primera Casa que tenía que ser la naciente congregación,   se compró el día 21 de febrero de 1881,  en el número 1 de la calle de Jardines, en Ciempozuelos, por 5.250 pesetas, cantidad inferior a su valor real,  en atención a los fines a que sería destinada.

Posteriormente irían llegando nuevas aspirantes, hasta completar las diez primeras, y en los días finales de mayo, el Padre Menni  les dirigió unos Ejercicios Espirituales, para que el día 31 del mismo mes de  mayo, coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, pudieran vestir los nuevos hábitos religiosos e iniciar el noviciado. Y  aquel día, después de escuchar en confesión a las diez aspirantes, y antes de recibir los hábitos religiosos, el Padre Menni les dió una amplia instrucción sobre los deberes que iban a contraer, encareciéndoles la obediencia y rendida sumisión  a la Superiora, Sor María Josefa Recio Martín.

Después se retiraron  para despojarse de las ropas que habian usado hasta aquel momento y sustituirlas por los hábitos religiosos. Y vestidas de religiosas se dirigieron al Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios, donde asistieron a  una Eucaristía en acción de gracias, que celebró el Padre Menni, y posteriormente se dirigieron a la iglesia parroquial de Ciempozuelos, y  participaron de la Eucaristía celebrada por el párroco de la localidad, que  a su finalización las obsequió con un desayuno.


En el transcurso de los dos próximos años, el número de aspirantes a la naciente congregación, creció rápidamente, de forma que en verano de 1883, las novicias y profesas ascendían ya a cuarenta y seis.

Sin embargo, un día del mes de agosto de aquel año, ocurrió un percance que provocó el fallecimiento de la Superiora y fundadora María Josefa Recio Martín, al resultar  golpeada y pisoteada por una mujer que sufría enajenación mental,  que solía despojarse de sus ropas, y en aquella ocasión se encaramó a la reja de la ventana de su habitación que daba a unos huertos, y que al  advertir su presencia un Hermano de San Juan de Dios que estaba laborando aquellas tierras, avisó a las Hermanas, que acudieron para pedirle que bajara de aquella ventana, y al intentar obligarla ante su negativa, respondió con  excesiva agresividad en que la peor parte la sufrió Sor María Josefa, que fallecería días más tarde al no poderse recuperar de las lesiones sufridas.





2 comentarios:

  1. Una bonica explicacio amb final tragic per la mort de la,pobre gernana hospitalaria.de ben segur que amb el pas,del temps aquestes morts,s'han repetit mes vegades.

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    1. No, sortosament per aquestes circumstàncies no hi ha més casos, però si que, tant les Germanes Hospitalàries, com els Germans de Sant Joan de Déu van perdre de vida en resultar contagiats/des en l'assistència de persones afectades de l'epidemia del còlera, i que voluntariament havien decidit assistir-los en els seus domicilis.

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