jueves, 29 de noviembre de 2018

UN NIÑO ARGENTINO, CON AUTISMO, DE 7 AÑOS DE EDAD, REVOLUCIONA LA AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO EN EL VATICANO.

 Wenzel Eluney, el niño argentino con autismo, de 7 años de edad, protagonista en la audiencia general del Papa Francisco, al acceder al escenario del Aula Pablo VI para jugar unos minutos.
 Inspeccionando el uniforme de uno de los guardias suizos.

 Jugando con un guardia suizo.

 La madre del pequeño sube al escenario para llevarse al niño, pero no pudo.
El Papa Francisco no concedió ninguna importancia a este hecho.  Es más,bromeó con el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Gaenswein, diciendo: "Es argentino... indisciplinado".

Un niño argentino, con autismo, de 7 años de edad fue ayer el protagonista en la audiencia general del Papa Francisco, al acceder al escenario del Aula Pablo VI para jugar, durante algunos minutos y sobre quien el Papa hizo una broma, al decir que era argentino, y por tanto, "indisciplinado".

Wenzel Eluney estaba sentado en las primeras filas de la sala, donde se sitúan los enfermos, y en un momento determinado escapó de su madre y subió a la zona donde estaba sentado el pontífice,  celebrando la audiencia, y se puso a jugar alrededor de uno de los guardias suizos y a correr por aquel espacio. Luego se acercó al Papa y este le pidió que le diese un beso.

La madre se aproximó con la intención de llevarse al niño a su sitio, pero no pudo, y explicó al pontífice que eran argentinos, y que el niño tenía un grave autismo que le impedía hablar. El Papa Francisco le dijo que lo dejase jugar allí. Después se giró hacia el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Gaenswein, y le dijo sonriendo: "Es argentino... indisciplinado".

Durante varios minutos, el niño correteó libre por el escenario e incluso su hermana pequeña también subió para intentar, sin éxito, devolverle a su sitio. Después, durante los saludos a los fieles de lengua española, el Papa Francisco explicó que el niño no podía hablar, que era mudo, pero " sabe comunicarse y expresarse" y que era "libre", y bromeó: "indisciplinadamente libre". "Pero es libre y esto me ha hecho pensar ¿Soy yo libre?, ¿Soy yo libre ante Dios?. Ante Dios, todos tendríamos que tener la libertad de un niño delante de su padre", dijo.

"Este niño nos ha predicado hoy", dijo el Papa Francisco, quien también pidió " la gracia para que este niño pueda hablar", y arrancó  un aplauso de los cerca de siete mil asistentes a la audiencia.

A la salida, los padres del niño, argentinos, pero que viven en Italia desde hace años, explicaron a los medios, entre risas, que la acción del niño " no estaba programada" y que era "una de esas cosas hermosas que regala Dios".

"Wenzel estaba un poco aburrido y, sin esperanza de que fuera a hacelo, le dijimos que si quería saludar al Papa, que fuera. ¡ Y no se lo pensó dos veces: se fue!" relató el padre del pequeño. La madre contó que Wenzel Eluney tiene "un autismo bastante grave, no verbal" y " que nunca obedece ", pero que cuando le dijo en broma que fuera a saludar al Papa " se largó". " ¡ No lo podía creer !. Subí para agarrarlo y le conté al Papa que somos argentinos y que si le podía dar la bendición. Me dijo que lo dejara estar arriba, pero cuando vi que iba correteando, le dije  a su hermana que lo fuera a buscar, pero el Papa me hizo señas para que le dejara", comentó la madre.

Esta familia argentina venía con la asociación Ants Onus, que agrupa a padres de niños con autismo de Verona, ciudad donde residen. En octubre de 2013, durante la celebración de la Fiesta de la Familia, en la Plaza de San Pedro, un niño colombiano adoptado en Italia,  también fue protagonista cuando subió a la zona papal y abrazó al Papa Francisco mientras este leía su discurso, y después se sentó en el trono del pontífice.

PROCEDENCIA:

Agencia de Noticias EFE. Ciudad del Vaticano, miércoles 28 de octubre de 2018.

1 comentario:

  1. Los padres que tienen un hijo con autismo, han vivido, en determinados momentos de su vida, situaciones comprometedoras protagonizadas por el comportamiento propio de la discapacidad psíquica de estos niños, algunas de ellas muy anecdóticas, y que sería muy interesante que pudieran ser recogidas en un libro si se pusieran de acuerdo en publicarlas. Creo que sería un éxito editorial.

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