lunes, 4 de febrero de 2019

EL PAPA FRANCISCO RECIBE EN LA SALA CLEMENTINA DEL VATICANO, A LOS HERMANOS Y COLABORADORES PARTICIPANTES EN EL 69º CAPÍTULO GENERAL DE LA ORDEN DE SAN JUAN DE DIOS.




El Papa Francisco ha recibido, en la Sala Clementina del Vaticano, a los Hermanos y colaboradores participantes en el 69º Capítulo General de la Orden de San Juan de Dios.

En el  transcurso de esta audiencia, el Papa Francisco les ha pedido " que sigan escuchando la voz de tantos enfermos", y ha añadido " Por favor, no hagan de la Orden Hospitalaria un ejército cerrado, un coto cerrado", reclamando atención en tres temas: discernamiento, cercanía - hospitalidad y misión compartida.

Sobre el primero, lo definió como " una actitud fundamental en la vida de la Iglesia y en la vida consagrada" "Mirando al pasado, el discernamiento lleva a la purificación de nuestra historia y de nuestro carisma, a separar el grano de la paja, a fijar nuestra atención en lo que es importante. Mirando al presente, el discernamiento impulsa a vivir el momento actual con la pasión que debe caracterizar la vida consagrada, ahuyenta la rutina y la mediocricidad y transforma la pasión por Cristo en compasión. Mirando el futuro, el discernamiento les permitirá seguir haciendo fecundo el carisma de la hospitalidad y del cuidado, enfrentando los nuevos desafíos", recalcó.

Pidió que este Capítulo General " quede en el corazón y en la memoria de la Congregación como una experiencia de diálogo y de discernamiento, en la escucha del Espíritu y de los Hermanos y colaboradores, sin ceder a la tentación de la autorreferencialidad".

En los referido a la cercanía y la hospitalidad, el Papa Francisco subrayó que " la pasión y compasión  son energías del Espíritu que darán sentido a su misión hospitalaria, que animarán su espiritualidad y darán calidad a su vida fraterna en comunidad", y recordando la parábola del Buen Samaritano, destacó " la urgencia de tender la mano al que lo necesita le lleva a posponer sus proyectos y a interrumpir su camino".

"La inquietud por la vida amenazada del otro hace que emerja lo mejor de su humanidad, derramando con ternura aceite y vino sobre las heridas de ese hombre medio muerto", recordó el Papa. " En este gesto de pura alteridad y de gran humanidad se encierra el secreto de su identidad hospitalaria".

Sobre el futuro, el Papa pidió a los hospitalarios " un sereno discernamiento sobre las estructuras", de modo que " sus estructuras han de ser 'posadas' -- como la de la parábola del Samaritano -- al servicio de la vida, espacios en los que particularmente los enfermos y los pobres se sientan acogidos".

"Les pido que creen redes "samaritanas"  en favor de los más débiles, con atención particular a los enfermos pobres, y que sus casas sean siempre comunidades abiertas y acogedoras para globalizar una solidaridad compasiva", clamó.

Finalmente, con relación a la falta de vocaciones, el Papa Francisco expresó su confianza en la misión compartida, sabiendo que " el espíritu  suscita siempre una renovada fecundidad que pasa por un adecuado discernamiento e incrementa la formación conjunta, de tal forma que religiosos y laicos tengan un corazón misionero que salta de gozo al experimentar la salvación de Cristo...corriendo el riesgo de ensuciarse en el lodo del camino".

"Salgan de ustedes mismos, de sus limitaciones, de sus problemas y dificultades, para unirse a los demás en una caravana de solidaridad. Que sus jóvenes profeticen y sus ancianos no dejen de soñar (cf. Jl 3,1). 

Finalmente los acompañó con su bendición y "por favor, no se olviden de rezar por mi", concluyó.

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