sábado, 5 de septiembre de 2020

CUANDO UNA SALA DE HOSPITAL, DE MUERTE Y DE TRISTEZA CO N NIÑOS DIABÉTICOS, SE CONVIRTIÓ EN UN LUGAR DE ALEGRÍA Y DE ESPERANZA.


En el año 1922, en la Universidad de Toronto (1) , unos científicos fueron a una sala de hospital con niños  diabéticos, la mayoría de ellos en estado de coma, y falleciendo  de cetoacedosis diabética.  Aquella habitación, repleta de padres, sentados abatidos junto a las camas, esperando la muerte inevitable de sus hijos, se vieron interrumpidos  por unos científicos que fueron de cama en cama inyectando a los niños un nuevo extracto purificado: la insulina. Cuando empezaron  a inyectar  al último niño en coma, el primer niño inyectado empezó a despertase.

Luego, uno por uno, todos los niños se despertaron de sus comas diabéticas. Aquella sala de muerte y de tristeza se estaba convirtiendo, de pronto, en un lugar de alegría  y de esperanza.

Hasta el año 1921, los niños con diabetes tipo 1, apenas sobrevían entre uno y dos años de edad. Entonces , este mismo año, los investigadores  Sir Federick  G. Banting , Charles  H. Best  y JJR Macleod, de la Universitad de Toronto, descubrieron la insulina y posteriormente Jame B. Collip logró purificarla en enero de 1922 de extractos pancreáticos.

La administración de insulina exógena sigue siendo el único tratamiento  efectivo para la diabetes tipo 1 hasta el día de hoy.

(1) Es la ciudad más grande del Canadá, y la capital de la provincia de Ontário.


2 comentarios:

  1. Siempre es más gratificante devolver la vida que quitarla, por eso debe de gastarse más dinero y esfuerzos en ciencia, medicinam y personal sanitario, que en armas o personas que las porten y usen. El Covid 19 nos está demostrando lo vulnerables que podemos ser, ni el cañon de mayor calibre ni ningún misil, es capaz de matar a un minúsculo virus, pero una pipeta de la boratorio SI. Va siendo hora que tomemos conciencia de la importancia de la ciencia.

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    1. Muy cierto Carlos. Pero en un país donde, desde siempre, han habido más plazas de toros que universidades, no podemos esperar nada de positivo. Fútbol y toros, lo que nos inculcó la dictadura franquista.

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