Niños afectados de lesiones tuberculosas graves, en el Asilo - Hospital de Barcelona (Año 1929)
Terrazas orientadas al mar para el tratamiento helioterápico, en el Sanatorio Marítimo de San Juan de Dios, en Calafell (Tarragona). Año 1929.
S.M. El Rey Alfonso XIII, que acudió con la Archiduquesa de Austria a la inauguración del Sanatorio Marítimo de Calafell, escuchando el saludo de bienvenida que en nombre de sus compañeros de sanatorio, le dió un niño hospitalizado. 23 de mayo de 1929.
Pocos son los que hoy en día recuerdan los antiguos sanatorios que asistían a las personas que padecían tuberculosis. La mayoría de aquellos establecimientos desaparecieron al dejar de prestar la utilidad pública por los que fueron concebidos, mientras que otros han sido reconvertidos para usos muy distintos y diferentes por los que fueron expresamente construídos. Finalmente, otros, abandonados y en estado ruinoso, se resisten todavía, manteniendo sus principales estructuras en pie, rodeados de bellos parajes en zonas montañosas en los que armoniosamente se integraban, constituyendo unas bucólicas imágenes de un pasado no muy reciente, pero si de muy triste memoria.
Estos establecimientos sanatoriales fueron decisivos, durante varias décadas, para el tratamiento de la tuberculosis, y su prestigio les catapultó a ser considerados como los primeros centros médicos y quirúrgicos especializados en las enfermedades del tórax, y contribuyeron, de manera decisiva, al desarrollo de la Neumología y de la Cirugía Torácica en nuestro país.
Los fundamentos principales en que basaban la curación de sus enfermos, eran el reposo, la cura al aire libre y la alimentación abundante y variada. El complemento básico de la cura al aire libre era la Helioterapia, que consistía en el tratamiento mediante exposición directa del cuerpo de la persona enferma, a la luz del sol. Sus principales indicaciones la constituían las laringitis, peritonitis y osteoartritis tuberculosas, especialmente el Mal de Pott, en que, a base de permanecer largas temporadas recostados en decúbito prono, recibiendo sobre la columna vertebral los benéficos rayos solares, algunos enfermos conseguían curarse.
CATALUNYA, PIONERA EN EL ESTADO ESPAÑOL.
En el año 1888 se celebró en Barcelona un Congreso de Ciencias Médicas, en el que se puso de manifiesto la necesidad de implantar el modelo sanatorial en España. Aquel mismo año, el Dr. Bassols y Prim, médico del Hospital de la Santa Creu, de Barcelona, publicó un libro titulado "Climoterapia española de la tisis pulmonar".
El primer sanatorio de España de estas características, fue el de Porta-Coeli, de Valencia. Se inauguró en 1887 y tenía una capacidad para 14 enfermos. El Dr. Francisco Moliner y Nicolás, años más tarde, en 1901, presentó una Proposición de Ley al Congreso de los Diputados, solicitando la creación de Sanatorios populares para el tratamiento de enfermos tísicos y pobres. Sin embargo la idea no prosperó, y las iniciativas y entusiasmo de algunos médicos no eran suficiente porque faltaban las estructuras necesarias y las decisiones políticas que dieran apoyo para afrontar la lucha contra la tuberculosis.
En Catalunya se constituía, en 1904, el Patronat de Catalunya per la lluita contra la tuberculosi, y en 1911 se inauguraba el Sanatorio de la Virgen de Montserrat, en Torrebonica, un bello paraje en las afueras de la ciudad de Terrassa, (Barcelona), con capacidad para 35 enfermos, que resultó ser el primero del Estado español con verdadera continuidad.
A nivel estatal se constituía, en 1903, la Asociación Antituberculosa Española, y en 1907, el Real Patronato Central de Dispensarios e Instituciones Antituberculosas, bajo la presidencia de la reina Victoria Eugenia, que en 1917 constituiría, en Madrid, el Real Sanatorio de Victoria Eugenia, asumiendo la dirección el Dr. Codina Castellví.
EL PADRE BENITO MENNI, PIONERO EN ESPAÑA EN CURAS SOLARES.
El Dr. Jesús Sauret, del Departamento de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, que es un estudioso de la cura sanatorial de la tuberculosis, recuerda "... que ya desde 1867 en el Hospital de Sant Joan de Déu, de Barcelona, se realizaban curas solares al aire libre, en las terrazas del hospital, a niños con tuberculosis óseas y raquitismo. La misma Orden Hospitalaria de San Juan de Dios construyó, más tarde, el Sanatorio de Manresa y el Sanatorio Marítimo de Calafell, para el tratamiento, en este último, de las tuberculosis osteoarticulares" (1)
La visión futurista del Padre Benito Menni,(2) lo catapultan como precursor, en España, en la modalidad rehabilitadora de determinadas enfermedades, a través de la Helioterapia, es decir, en el tratamiento mediante la exposición directa a la luz del sol.
(1) Sauret, Jesús. La cura sanatorial de la tuberculosis. Nexus Ediciones, S.L. 2001
Pocos son los que hoy en día recuerdan los antiguos sanatorios que asistían a las personas que padecían tuberculosis. La mayoría de aquellos establecimientos desaparecieron al dejar de prestar la utilidad pública por los que fueron concebidos, mientras que otros han sido reconvertidos para usos muy distintos y diferentes por los que fueron expresamente construídos. Finalmente, otros, abandonados y en estado ruinoso, se resisten todavía, manteniendo sus principales estructuras en pie, rodeados de bellos parajes en zonas montañosas en los que armoniosamente se integraban, constituyendo unas bucólicas imágenes de un pasado no muy reciente, pero si de muy triste memoria.
Estos establecimientos sanatoriales fueron decisivos, durante varias décadas, para el tratamiento de la tuberculosis, y su prestigio les catapultó a ser considerados como los primeros centros médicos y quirúrgicos especializados en las enfermedades del tórax, y contribuyeron, de manera decisiva, al desarrollo de la Neumología y de la Cirugía Torácica en nuestro país.
Los fundamentos principales en que basaban la curación de sus enfermos, eran el reposo, la cura al aire libre y la alimentación abundante y variada. El complemento básico de la cura al aire libre era la Helioterapia, que consistía en el tratamiento mediante exposición directa del cuerpo de la persona enferma, a la luz del sol. Sus principales indicaciones la constituían las laringitis, peritonitis y osteoartritis tuberculosas, especialmente el Mal de Pott, en que, a base de permanecer largas temporadas recostados en decúbito prono, recibiendo sobre la columna vertebral los benéficos rayos solares, algunos enfermos conseguían curarse.
CATALUNYA, PIONERA EN EL ESTADO ESPAÑOL.
En el año 1888 se celebró en Barcelona un Congreso de Ciencias Médicas, en el que se puso de manifiesto la necesidad de implantar el modelo sanatorial en España. Aquel mismo año, el Dr. Bassols y Prim, médico del Hospital de la Santa Creu, de Barcelona, publicó un libro titulado "Climoterapia española de la tisis pulmonar".
El primer sanatorio de España de estas características, fue el de Porta-Coeli, de Valencia. Se inauguró en 1887 y tenía una capacidad para 14 enfermos. El Dr. Francisco Moliner y Nicolás, años más tarde, en 1901, presentó una Proposición de Ley al Congreso de los Diputados, solicitando la creación de Sanatorios populares para el tratamiento de enfermos tísicos y pobres. Sin embargo la idea no prosperó, y las iniciativas y entusiasmo de algunos médicos no eran suficiente porque faltaban las estructuras necesarias y las decisiones políticas que dieran apoyo para afrontar la lucha contra la tuberculosis.
En Catalunya se constituía, en 1904, el Patronat de Catalunya per la lluita contra la tuberculosi, y en 1911 se inauguraba el Sanatorio de la Virgen de Montserrat, en Torrebonica, un bello paraje en las afueras de la ciudad de Terrassa, (Barcelona), con capacidad para 35 enfermos, que resultó ser el primero del Estado español con verdadera continuidad.
A nivel estatal se constituía, en 1903, la Asociación Antituberculosa Española, y en 1907, el Real Patronato Central de Dispensarios e Instituciones Antituberculosas, bajo la presidencia de la reina Victoria Eugenia, que en 1917 constituiría, en Madrid, el Real Sanatorio de Victoria Eugenia, asumiendo la dirección el Dr. Codina Castellví.
EL PADRE BENITO MENNI, PIONERO EN ESPAÑA EN CURAS SOLARES.
El Dr. Jesús Sauret, del Departamento de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, que es un estudioso de la cura sanatorial de la tuberculosis, recuerda "... que ya desde 1867 en el Hospital de Sant Joan de Déu, de Barcelona, se realizaban curas solares al aire libre, en las terrazas del hospital, a niños con tuberculosis óseas y raquitismo. La misma Orden Hospitalaria de San Juan de Dios construyó, más tarde, el Sanatorio de Manresa y el Sanatorio Marítimo de Calafell, para el tratamiento, en este último, de las tuberculosis osteoarticulares" (1)
La visión futurista del Padre Benito Menni,(2) lo catapultan como precursor, en España, en la modalidad rehabilitadora de determinadas enfermedades, a través de la Helioterapia, es decir, en el tratamiento mediante la exposición directa a la luz del sol.
(1) Sauret, Jesús. La cura sanatorial de la tuberculosis. Nexus Ediciones, S.L. 2001
(2) El Padre Benito Menni (San Benito Menni), llegó a España, por Barcelona, el 6 de abril de 1867 para restaurar la extinguida orden de San Juan de Dios, que más tarde amplió a Portugal y México. El 31 de mayo de 1881 fundó, en Ciempozuelos (Madrid), la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús.
De pequeño acompañé a mis padres a visitar a un familiar enfermo de tuberculosis en el Hospital del Tórax de Terrassa, y jamás he podido borrar de mi mente aquel gigantesco hospital en medio de la montaña.
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