sábado, 16 de abril de 2016

EL PERIODISTA ENRIC MARÍN UTILIZA PEYORATIVAMENTE EL TÉRMINO "AUTISTA" PARA CENSURAR LA ACTITUD DE LOS PODERES DEL ESTADO ANTE EL SOBERANISMO CATALÁN.

 Cabecera del artículo de opinión
Ilustración del referido artículo,  obra de Leonard Beard


El pasado jueves comentaba, indignado, en este mismo blog,  la desafortunada intervención del jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro, llamando "autistas" a los alcaldes y gobernadores de la oposición.

Y cuarenta y ocho horas después, nuevamente he de lamentar que Enric Marín,  un periodista con un amplio "curriculum" de cargos importantes en su haber profesional, haya recurrido también al término "autista" en un artículo de opinión, publicado en "El Periódico", en su edición del día de hoy, sábado 16 de abril de 2016, en su página 7.

Este periodista titula su extenso artículo : " AUTISMO POLÍTICO EN ESPAÑA", que ilustra con una imagen suficientemente expresiva de su contenido, al referirse, entre otros aspectos  "... a la corrupción que erosiona al PP, la falta de proyecto nacional para España, la crisis institucional, la fragilidad del modelo económico, la actitud autista de los poderes del Estado ante el soberanismo catalán."

Ciertamente, mi estrecha mente no llega a comprender esta tendencia tan generalizada, de un tiempo a esta parte, de utilizar el término "autista" para descalificar a las demás personas, cuando hace menos de una década que ninguno de estos elementos habían oído hablar del autismo. Es más, desconocen, porque lo ignoran, las características del Trastorno del Espectro Autista (TEA).

 De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda utilizar peyorativa este término como, por ejemplo, hace unos años era novedoso tener un perro de raza "Doberman", y que pasada aquella "fiebre", hace ya muchísimo tiempo que no vemos ninguno. Como si se hubieran extinguido de la noche a la mañana. Posiblemente, en un futuro puede ocurrir lo mismo con el término "autista", cuando se hayan cansado de utilizar aquella expresión  una y mil veces y escojan otro tipo de palabras   para vacilar y  haciéndose los entendidos, que es exactamente lo que ocurre actualmente cuando utilizan  el término "autista".

De todas las maneras, la utilización ofensiva, al comparar, en este artículo de opinión, la actitud de los poderes del Estado, con la que pueden manifestar las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), pone en evidencia, una vez más, las infranqueables barreras culturales y sociales que todavía deben ser  superadas. De nada o  muy poco han servido los esfuerzos de entidades e instituciones  que trabajan en la asistencia de las personas con autismo, de enviar comunicaciones a los medios de comunicación social pidiendo que se abstengan de utilizar el término "autista" para desprestigiar, menospreciar o insultar a otras personas, atendido que con ello lo único que consiguen es fortalecer los estigmas y la exclusión social de las personas afectadas con  este tratorno.

Lo más lamentable, es que su arrogancia y  prepotencia les impide rectificar y pedir disculpas, cuando incurren en estos desaguisados. Quedan sencillamente a la altura del betún, o como decía un buen amigo que ya no está entre nosotros, " a la altura de una caca de perro después de ser  arrollada por una pesada máquina motoniveladora".



 

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