El Gobierno pretende impulsar una reforma legal para eliminar los internamientos forzosos de personas con enfermedades psiquiátricas, y buscar alternativas más acordes a los Derechos Humanos.
Este tipo de internamientos se producen, de forma excepcional, con la finalidad de garantizar la seguridad del propio paciente y la de los familiares.
Actualmente, con autoización judicial, se puede internar a un enfermo psiquiátrico sin su consentimiento, medida que el Gobierno pretende eliminar para avanzar en materia de discapacidad.
En esta línea, José Luis Hernández Fleta, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Doctor Negrín, sostiene que lo ideal es que, los internamientos, incluídos los ingresos hospitalarios, en la mayor parte de los casos, sean voluntarios y con la aceptación de los pacientes.
Por otra parte, los profesionales reconocen que en algunas situaciones no queda otra opción que el internamiento forzoso.
Para José Eduardo Morrero, director de Unive Abogados Canarias," el internamiento de personas no voluntarias con trastornos psíquicos, permite garantizar la seguridad, tanto de pacientes como del entorno" y considera que nuestro sistema actual " no vulnera en absoluto los derechos de personas con discapacidad".
A este respecto, Hernández Fleta cree "que cuando un paciente se encuentra en plena crisis de su enfermedad y en este momento está fuera de sí golpeándose o intentando golpear a un tercero, de forma excepcional se proceda al internamiento no voluntario, y asegura que se hace las menos veces posible, y que la tendencia es que sea cero".
También existen otras formas para afrontar las situaciones críticas de los pacientes. Según Mari Luz Ibáñez, enfermera de Salud Mental, es posible crear " unidades más amables" en las que atender a los pacientes". Otra alternativa es " cuidarlos en situaciones de crisis en su propio domicilio".
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