Ordenando unos archivos en mi despacho, encuentro un recorte de periódico (1) de fecha 15 de agosto de 1998 que, en cierto modo, viene a corraborar el convencimiento compartido entre la mayoría de padres o tutores de personas con autismo, en el sentido de que estas personas parecen estar protegidas en las manifiestas situaciones de riesgo que han vivido en diferentes momentos de sus vidas. Copio textualmente:
"SOY AUTISTA Y VOY A BÉLGICA"
Un belga de 17 años con rasgos autistas regresa solo a su país desde Barcelona.
Desapareció el martes, no se sabe cómo, y apareció tres días después. En su casa. Es un chico belga de 17 años. Viajó de Santa María de Palautordera (Vallés Oriental) a la pequeña localidad de Marksem, a las afueras de Amberes (Bélgica). Solo. Seguramente haciendo autostop. Se llama Wouter Fierens Schmit. Estaba de colonias con 26 compañeros más y 11 monitores desde el 6 de agosto. En su huída recorrió unos 1.300 kilómetros.
Wouter Fierens tiene episodios de autismo. Su grupo finaliza hoy las colonias.
Se marchó el martes al mediodía. La casa de colonias de Can Curt -- de la colonia holandesa Yeka -- había organizado una excursión a Calella al mediodía. Todos los chicos -- con problemas similares al de Wouter -- y sus monitores recorrieron el camino que separa la casa de la urbanización de Santa Margarida, donde les aguardaba el autobús. Al pasar lista, los monitores se dieron cuenta de que Wouter no estaba. Entonces se inició una árdua búsqueda. "Eran momentos de angustia. En ocasiones estos chicos se esconden durante horas sin motivo aparente", relata Ilona De Krom, responsable de la casa de colonias. Rápidamente se organizó el dispositivo policial.
El chico no aparecía. Wouter se aisla en si mismo en ocasiones.
Llevaba consigo dos bolsas de deporte, una mochilla, su pasaporte -- los autistas aprenden desde pequeños a ir documentados -- y unas 1.000 pesetas en calderilla. El miércoles por la mañana, algunos testigos le vieron en la Nacional II, a la altura de Figueres, y en dirección a Francia, haciendo autostop. Ya no vestía la camisa blanca con la que desapareció. Iba de naranja. El viernes, a eso de las seis y media o las siete menos cuarto de la mañana, llamó al timbre de su casa. El padre le abrió. Wouter estaba allí. Y se encontraba bien, sólo un poco asustado.
En su escapada se había dejado la medicación, y estaba más nervioso de lo normal. Lo llevaron al hospital de Merksem para hacerle una revisión y luego a la consulta del psicólogo y del psiquiatra. Le encontraron unos papeles en los que había unos dibujos. Una especie de mapas orientativos que le habría pintado, supuestamente, alguno de los conductores que le auxiliaron. Unos esbozos con el recorrido que debía hacer desde España.
Una noche en Lyon
Ilona piensa que "seguramente se perdió de camino al autobús, el día de la excursión". Según explicó, tras confirmarlo con el padre del chico ayer por la mañana. Wouter habría viajado en coches. Consiguió comunicarse. Habría transnochado en la estación de trenes de Lyon, donde le dejó un señor cubano. "Allí sabemos que se sintió mal, llevaba días sin medicarse y le entró el pánico", continuaba Ilona. El trayecto que siguió se desconoce. Si se sabe que un matrimonio lo dejó en Amberes, a 3 kilómetros de Merksem. Quieren localizarlo para conocer más detalles.
Wouter andó. Y llegó a casa.
José Antonio Muñoz, neuropediatra del Hospital del Mar de Barcelona especializado en autismo, opina que "los chicos que padecen este tipo de autismo no profundo suelen tener mucha memoria y algo de locución verbal". Muñoz interpreta que seguramente Wouter vió alterada su rutina diaria, porque no toleró la novedad que suponían las colonias para él, y huyó buscando su propia cotidianidad.
Wouter es un chico con rasgos autistas que quería volver a casa. Y volvió.
Isabel Palacios
Santa María de Palautordera."
(1) "La Vanguardia", sábado, 15 de agosto de 1998
Cuánta razón tienes Joan. Mi hijo está vivo de milagro. Algún día, cuando venga por Barcelona, si nos vemos ya te contaré. Y siempre has de estar pendiente de todo, precisamente para evitar los peligros, pero no se para, siempre vigilantes.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tus envíos.
Intersante artículo nos expones querido amigo.
ResponderEliminarEsperando que todos las personas que sufren esta discapacidad se encuentren resguardados por su bien, y el de sus familias.
Abrazo grande para ti y los tuyos.
Siempre están protegidos por nuestro Señor Jesucristo.... una historia con final felíz...
ResponderEliminarHi everyone, i am the boy in the article. It's weird to find out about myself in a foreign newspaper after so many years. Anyway, i still want to thank all the people that drove me back home safely. I also want to tell you that it was not an impulsive act. The teachers where drunk a couple of times and completely ignored my problems.
ResponderEliminarSo, many thanks to you all and sorry that i am not able to write in your language.
Wouter