lunes, 13 de junio de 2011

"CIENCIA Y CARIDAD", CURIOSO PARALELISMO ENTRE SAN BENITO MENNI Y PABLO PICASSO

"En el cuidado al enfermo, caridad y ciencia se complementan mútuamente"

(San Benito Menni)

"Ciencia y caridad" (1897). Pablo Picasso

Existe un curioso paralelismo entre el Padre Benito Menni y el pintor Pablo Picasso en el momento de unir los vocábulos "CIENCIA y CARIDAD". Mientras el religioso hospitalario aunaba estos dos criterios fundamentales, surgidos como respuesta a una situación de abandono en el área de salud y exclusión social de las personas enfermas mentales de su época, el artista, con tan sólo 16 años de edad, conseguía una mención en la Exposición Nacional de Bellas Artes con el lienzo "Ciencia y Caridad". Realmente sorprendente, esta coincidencia.

Recordemos que el Padre Benito Menni, milanés de nacimiento, llegó a Barcelona el día 6 de abril de 1867 para restaurar la extinguida Orden de San Juan de Dios en España, y que más tarde ampliaría la fundación en Portugal y México, al tiempo que el 31 de mayo de 1881 fundaba, en el madrileño municipio de Ciempozuelos, la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús.

A lo largo de su vida y obra, no se cansó de repetir y recordar su criterio de unir ciencia y caridad en la asistencia de las personas enfermas en los hospitales psiquiátricos a cargo de los Hermanos Hospitalarios de la Orden de San Juan de Dios y de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Nacido en Milán (Italia), el 11 de marzo de 1841, falleció en Dinán (Francia), el 24 de abril de 1914. El Papa Juan Pablo II lo canonizó solemnemente en la Basílica Vaticana el 21 de noviembre de 1999.

En cuanto al pintor Pablo Ruiz Picasso (conocido artísticamente como Pablo Picasso), nació en Málaga, el 25 de octubre de 1881 y falleció en Mougins (Francia), el 8 de abril de 1973. Con tal sólo 16 años consiguió una mención en la Exposición Nacional de Bellas Artes, con el lienzo Ciencia y Caridad. (1897)

Este lienzo se encuentra actualmente expuesto en el Museo Picasso, de Barcelona, y representa, dentro aún de una corriente academicista, a un médico y a una monja con un niño en brazos, junto al lecho de una mujer enferma en una mugrienta alcoba. El médico, sentado al lado de la cama está tomando el pulso a la mujer observando su reloj de bolsillo, encarna la Ciencia, mientras que la monja, cuya presencia en hospitales solía ser habitual, al otro lado de la cama, con el hijo de la mujer enferma en brazos, le ofrece un tazón, representa la Caridad. La unión simbólica de estos dos conceptos, que llevó a su autor a darle este acertadísimo título a la obra, resulta altamente enternecedora hasta en nuestros días, y es un motivo más para que reflexionemos sobre la necesidad de unir tanto la ayuda científica a las personas enfermas como la espiritual y afectiva.

La figura de la Caridad humaniza a la Ciencia, y ésta debe situarse al lado de aquella, o al menos esta es la idea que parece desprenderse de la visión del lienzo, en el que Picasso puso toda su capacidad artística e ilusión. Para la figura del médico, posó su padre, y para la de la enferma, una pordiosera que pedía limosna en las inmediaciones del estudio del joven pintor, y que fue contratada, con el niño, a dos duros por sesión, más las golosinas y regalos que le dieron al pequeño. El hábito de Hermana de la Caridad le fue facilitado por Sor Josefa González, de la comunidad de San Vicente de Paul.

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