Desde los primeros tiempos de la restauración , los Hermanos de San Juan de Dios entregaban un recibo a las personas que les daban limosna.
España es un país donde la práctica de la picaresca se pierde en la lejanía de los tiempos; sigue existiendo ahora y continuará existiendo siempre, porque los ha habido, los hay y los habrá que, en lugar de dedicar su tiempo y su inteligencia en conseguir cosas positivas y provechosas, lo destinan en pensar de la manera y forma con que pueden obtener dinero fácil y rápido de manera fraudulenta.
De ahí que los Hermanos de San Juan de Dios, de Barcelona, se vieran en la necesidad de enviar, con ruego de publicación, unas notas a los periódicos de la Ciudad Condal, alertando a la ciudadanía de una actuación fraudulenta utilizando su nombre. Reproducimos la publicada en "La Vanguardia":
"Habiéndose presentado en nombre de los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios en varias casas de esta capital varios indivíduos pidiendo, por medio de las juventudes católicas de España, una limosna por el amor de Dios para sustento y curación de los niños enfermos de tuberculosis ósea y lepra de los Sanatorios de Malvarrosa y Fontillas, advertimos a todos los barceloneses y catalanes, que los tales hermanos son falsos, pues nunca los hermanos del Sanatorio de San Juan de Dios de Malvarrosa (Valencia) han venido ni pueden venir a Cataluña a postular para sus niños enfermos y en Fontillas no existen tales hermanos de San Juan de Dios.
Aprovechamos esta ocasión para participar al público que el día cinco del corriente saldrán (Dios mediante), para Calafell con el fin de tomar los baños y pasar unos días para reponerse, una sección de cincuenta niños convalecientes, que unidos a los treinta enfermitos que están permanentemente en el Sanatorio Marítimo Antituberculoso provisional, haciendo sus curas, son ochenta las plazas que actualmente tiene este asilo de San Juan de Dios en el referido sanatorio, por lo tanto, rogamos no desatiendan los buenos barceloneses dejándose engañar por gentes sin conciencia esta obra tan importante, que sólo se mantiene de la caridad pública" (1)
(1) "La Vanguardia". Domingo, 4 de julio de 1926. Página 9
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