miércoles, 13 de marzo de 2013

LA CHIMPANCÉ GINA, DEL PARQUE ZOOLÓGICO DE SEVILLA, CONSIGUIÓ QUE UN NIÑO CON AUTISMO, HABLARA POR PRIMERA VEZ.


La noticia ha saltado a la palestra después de  haber  sido  emitida por unos canales de  televisión y por diferentes medios de comunicación social de España. Resulta que unas   familias acompañaron a sus respectivos hijos, con autismo,  en una visita  al  parque zoológico de Sevilla ( España),  donde recorrieron  algunas de sus dependencias. Cuando pasado un cierto tiempo llegó el momento de dar por finalizada la visita  y empezaron a reagruparse, una hembra de chimpancé llamada Gina y uno de los niños con autismo se quedaron inmóviles, pegados sus rostros contra el cristal que los separaba, sin dejar de mirarse fijamente entre ellos.

En aquel momento el padre del niño le dijo "¡ Vamos, ya es hora de irnos !", y en aquel preciso instante se produjo un hecho que dejó  asombrados a todos los allí presentes,  cuando el niño, del que dicen  que nunca había pronunciado palabra alguna, giró la cabeza y le contestó a su padre " quiero quedarme un rato más papá...". Al oir por primera vez la voz del niño,  todos los asistentes quedaron perplejos y su padre comenzó a llorar de emoción.

Esta noticia no ha dejado de sorprenderme en absoluto, atendido que son conocidas las investigaciones cuyos resultados demuestran que los niños con autismo mejoran notablemente sus interacciones sociales cuando están en contacto con ciertos animales, (conejillos de indias, perros, delfines, etc.). Un estudio publicado en el "Journal of Psychoneuroendocrinology", en 2010,  concluía también que los perros ayudaban a estos niños a sentirse mejor, consiguiendo que se relajaran más en los momentos de expresar sus sentimientos y necesidades.

Hay que recordar que, la profesora en conducta animal de la Universidad Estatal de Colorado, la Dra. Temple Grandin --  a la que he dedicado algunos posts en este mismo blog -- afectada de síndrome de Asperger (1), al igual que otras personas con este diagnóstico, mantienen relaciones estrechas y afectuosas con los animales.

Tampoco hay que olvidar que los efectos beneficiosos de los animales sobre las personas no se limitan solamente al autismo.  Está ampliamente probado y aceptado que, en numerosas ocasiones, la presencia de animales consiguen obtener  importantes mejoras en personas afectadas de cuadros depresivos, de baja autoestima o de fobia social, entre otros.

(1) El síndrome de Asperger tiene sus propios rasgos distintos, en particular, buena inteligencia verbal y mejores habilidades sociales, que diferencian su cuadro clínico del autismo clásico.


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