martes, 22 de abril de 2014

UNA DESOBEDIENCIA AL PADRE MENNI ACABÓ CON LA FUNDACIÓN DEL ASILO - HOSPITAL DE SAN JUAN DE DIOS, EN VALENCIA.


Las tres primeras imágenes corresponden a la asistencia de niños escrofulosos, raquíticos e inválidos pobres del Asilo - Hospital de San Juan de Dios, de Valencia. Año 1.910.
La última imagen es un cuadro de grandes dimensiones, que el artista - pintor Joaquín Sorolla realizó en el año 1899 y  tituló "Triste herencia" ,  que representa a  un  Hermano de la Orden de San Juan de Dios atiendiendo a unos  niños tullidos del Asilo - Hospital, en la playa de la Malvarrosa, de Valencia.

 
Casi diez años después de que el Padre Benito Menni estableciera, en 1877  el hospital psiquiátrico de la Orden de San Juan de Dios en Ciempozuelos (Madrid), y  estando  necesitado de continuar las obras de ampliación para acoger la contínua demanda de enfermos, para lo cual carecía de los medios económicos necesarios,  siendo por aquel entonces Comisario General de la Orden en España, designó al Hermano Roque Pedraza y al Padre Eduardo Domínguez, capellán agregado a la Orden, para que fueran a la provincia de Valencia en una triple misión: postular (pedir limosnas), dar a conocer la Institución de San Juan de Dios y "producir fruto en las almas".

Transcurridos dos meses de estancia en tierras valencianas, los dos postulantes se vieron en la necesidad de escribir una carta al Padre Benito Menni. Está firmada por el Padre Eduardo Dominguez y redactada  en estos términos:

"Mi amado padre en el Señor: Aquí me hallo en Valencia, prisionero por Cristo, lleno de deudas y rodeado de pobres niños huérfanos, achacosos y llagados, que a mi suspiran por el pan de cada día, como único amparo que les resta después de Dios en este valle de lágrimas.

Confieso mi pecado: yo vine a postular recursos, y me he llenado de deudas; yo vine a implorar la caridad de los fieles para ese manicomio, y los pobres me han pedido por amor de Aquél por quien yo pedía. Al llegar a las riberas del Turia, a la par que limosnas encontré a muchos pobres necesitados; mucho he recibido pero todo lo he dado.

Mándeme vuestra reverencia la penitencia que tenga por justa y conveniente; pero por amor de Dios envíe algunos hermanos a formalizar esta fundación"

Parece ser que la carta causó  el efecto deseado. Era de esperar una recóndita esperanza de comprensión en el Padre Benito Menni,  y como se desprende,  así fue. La Superioridad, adornada del mismo espíritu y de los mismos valores que los postulantes, debió de comprender aquel  proceder, y que por encima de todo estaba la valoración de la continuidad del camino que él mismo había iniciado con la Restauración. Y de ahí que diera luz verde a la fundación de Valencia.

Se alquiló una modesta vivienda y en l886 se iniciaban las primeras labores asistenciales,  si bien  un año más tarde tuvieron que trasladarse a una nueva Casa que permitía acoger a poco más de cuarenta enfermos. Las contínuas demandas de nuevos ingresos, y por consejos de los médicos, surgió la idea de construir un asilo -hospital junto al mar, atendido que se consideraba doctrina científica aceptada, la que sustentaba la conveniencia del tratamiento de los procesos osteíticos mediante la cura a orillas del mar, estando probado que la acción solar y el ambiente yodado modifican y curan los abscesos fríos, los tumores blancos anidados en los huesos infantiles. 

Iniciadas las gestiones para conseguir unos terrenos cercanos a la playa, el Sr. Germán Úbeda ofreció su finca, consistente en una heredad de treinta fanegas de naranjal, y provista de abundantes aguas.

Tenía, no obstante malas comunicaciones con la estación del ferrocarril de  El Cabañal, y estaba alejada del mar, lo cual  dificultaba los proyectados tratamientos de los niños enfermos. Sin embargo, a pesar de estos inconvenientes, en 1891 se cerraba el trato para ocupar aquella finca.

Un año más tarde, en 1892 se traladarían al caserón de la Malvarrosa, con una definitiva idea de reemplazarlo para la construcción definitiva de un asilo - hospital, con capacidad para más de cien personas enfermas, y con esta idea se intensificaron las campañas limosneras por Valencia. Las obras empezaron para terminarse en 1905, siendo prior el Padre Celso Martí, reelegido en 1908 y actuando como Superior, hasta que fue sustituído en el año 1911 por el Padre Diosdado Corominas, bajo cuyo mandato terminaron definitivamente las obras, siendo Provincial de Padre Andrés Ayúcar.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

 Cruset, José. Crónica Hospitalaria. Barcelona. 1971

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