Con motivo del DIA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL, he considerado conveniente divulgar la imagen que incluyo al final de estas líneas, dada a conocer en su día por la Asociación ASPAU, por considerarla muy acertada, y que, en nuestro caso se ajustó perfectamente a la estricta realidad.
Hoy en día, nuestro hijo David, ha cumplido 40 años de edad, y seguimos manteniendo -- a pesar de que familiares y amigos se nos han anticipado y ya no están con nosotros -- a las personas que componen nuestra verdadera familia y quienes ciertamente son nuestros verdaderos amigos. Los demás, desaparecieron de nuestras vidas, como por arte de magia, pero muy pronto los tuvimos olvidados. Es más, no les encontramos en falta y no los necesitamos absolutamente para nada. Demostraron no ser familia, unos, ni verdaderos amigos los demás. Es en las adversas circunstancias cuando se tiene la posibilidad de descubrir quienes son la verdadera familia y quienes son los buenos amigos. Lo lamentable es que tengan que producirse estas circunstancias para tener ocasión de poderlo discernir.
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