Luís Menni y Luísa Figini, padres de San Benito Menni
Poco, muy poco se conoce de los padres de San Benito Menni. Luís Menni y Luísa Figini se unieron en el Sacramento del matrimonio cuando él tenía veintiún años de edad, y ella poco más de catorce. Fruto de este matrimonio nacieron quince hijos.
El mismo día de su nacimiento, el 11 de marzo de 1841 en la ciudad de Milán (Italia), el quinto de sus hijos fue bautizado con el nombre de Ángel Hércules en la iglesia de Santa María alla Fontana, y años más tarde, admirado por la entrega que descubrió en los Hermanos de San Juan de Dios, el 1 de mayo de 1860 ingresó en la Orden Hospitalaria, en el convento - hospital de Santa María de Araceli, en Porta Nova (Milán),y el día 13 del mismo mes recibió el hábito y cambió el nombre impuesto en el bautismo por el de Benito, como era costumbre por aquel entonces en la vida religiosa.
Cuando sus padres, comerciantes de sólido prestigio por la honradez de su conducta social y profesional, y buenos católicos le impusieron dos nombres -- Ángel y Hércules -- fue, el primero por celebrarse el 11 de marzo la memoria del Beato Angel de Lody, que tenía que ser su abogado celestial, y el segundo, para recuerdo de las glorias de familia, por un tío suyo, noble capitán de la Armada de Napoleón I, que se llamaba Hércules.
Su padre, Luís Menni, acomodado comerciante, inteligente y activo, gozaba de acreditada fama de hombre recto y de buen cristiano, y con estos principios educó a sus hijos, en el amor a Dios y en el trabajo.
Perteneció durante muchos años al Consejo de la Junta Parroquial de Santa María alla Fontana, de la que era distinguido feligrés, y que viene a evidenciar la religiosidad y bondades de este matrimonio lo pone de manifiesto que, cuando falleció, el 21 de marzo de 1878, a los 69 años de edad, asistieron a su entierro más de dos mil personas pobres.
Su madre, Luisa Figini, bondadosa y afable, y por encima de todo sólidamente piadosa, ponía a sus hijos bajo la protección de la Inmaculada Virgen María, y, especialmente, a Ángel Hércules le inspiró el acendrado amor mariano, en que se distinguió durante toda su vida apostólica, que agradecido, bendecía frecuentemente la memoria de su madre por haberle proporcionado tan provechosas lecciones de amor a la Santísima Virgen.
En ocasión de ver a su hijo recientemente vestido con el hábito de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, perdió el habla de la emoción y no sabía como dar gracias a Dios por tan singular beneficio. Falleció el 4 de marzo de 1861.
FUENTE DE CONSULTA:
POSICIONES Y ARTÍCULOS para el Proceso SOBRE LA FAMA DE SANTIDAD, VIRTUDES Y MILAGROS del Siervo de Dios RVDMO. P. BENITO MENNI Y FIGINI. Imprenta y Litografía, Juan Bravo, 8. Madrid. 1945.
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