"NOSOTROS NO TENEMOS QUE PAGAR LA CRISIS", reza la pancarta de la cabecera de la manifestación que discurrió ayer por el centro urbano del municipio de A Guarda, (Pontevedra)
Para intentar evitar el cierre del centro San Xerome, de A Guarda (Pontevedra) que, desde hace 32 años se dedica a la asistencia de personas con discapacidad, motivó ayer que más de 300 personas -- usuarios de toda la comarca, personal, vecinos, miembros del Consistorio con el alcalde y concejales del PSOE y del BNG, y representantes de varios colectivos -- se manifestara por el centro urbano de la localidad, saliendo desde la puerta principal del centro San Xerome, hasta la Alameda, para luego regresar y disolverse. En la medida que iba avanzando la manifestación, se iban uniendo personas que paseaban por la calle, al escuchar la llamada para acudir, porque " se a Xunta no paga, San xerome pecha", se escuchaba repetidamente por megafonía.
El centro San Xerome está al borde del cierre por falta de fondos, al no haber recibido todavía los 130.000 euros del convenio que tienen establecido con la Xunta. El centro atiende actualmente a 120 usuarios, con previsión de nuevas incorporaciones. En estos momentos el centro "carece de dinero para pagar los salarios del personal del mes de julio, tampoco para pagar el gasóleo necesario para los desplazamientos, ni tampoco para pagar el comedor. El centro estará abierto mientras aguanten sin cobrar trabajadores y proveedores", manifestó ayer José Martínez Tato, vicepresidente de la Junta Directiva de la entidad.
A su hija, con Síndrome de Down, como el resto de usuarios, que padecen autismo, parálisis cerebral, Síndrome de Asperger y otras patologías, la única alternativa que tienen es quedarse en casa, lo cual supone un retroceso abismal en su calidad de vida y en la de su entorno familiar. "Nosotros sólo pedimos a la Xunta que nos pague los 130.000 euros que nos debe de acuerdo con el convenio . El precio de cada plaza lo estableció ella. Nos pagaron 96.000 euros ante la amenaza de manifestación, pero después no nos han llamado para nada. Yo ya tuve que pedir, hace años, por las iglesias y lucharé hasta el final", explicó José Martínez.
Por su parte, la familia de Domingo Velasco Lomba, de 13 años de edad, afectada de parálisis cerebral dice que, " ante el cierre, no hay otra alternativa más que tenerlo en casa", con un grave perjuicio. La hermana de Jaime Amorín Barbosa, de 39 años de edad, con Síndrome de Down, vaticina que "mi hermano va a caer en una depresión, pues es en el centro donde se relaciona y es feliz". (1)
(1) farodevigo.es Lunes, 30 de julio de 2012
Desgraciadamente, este tipo de noticias son habituales todos los días, y es y ha de ser motivo de honda preocupación. Recordemos aquel popular refrán: "Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar".
ResponderEliminarMuy preocupantes estas situaciones. Veremos a donde conduce todo ello.