Los padres de un niño autista han denunciado al Defensor del Menor de Andalucía que el colegio gaditano de Educación Infantil y Primaria Camposanto, haya dejado este curso sin comedor escolar a su hijo.
El niño tiene doce años, y desde que empezó a ir a este colegio, en el aula de Educación Especial, ha estado acudiendo al comedor escolar. Sus padres explican que le ha resultado muy beneficioso para poder desarrollar sus habilidades, aumentar su independencia y facilitar su integración, puesto que "Antes ni siquiera comía. El nivel de ruído que había en el comedor le generaba una gran ansiedad y fobia. Tenía que comer solo en el aula. Poco a poco, sin embargo, consiguió ir adaptándose, aprendió a manejar los cubiertos, a pedir la comida, a respetar los turnos, a entregar la bandeja, a seguir una dieta equilibrada y comer todo tipo de frutas, e incluso, a lavarse las manos y los dientes de forma autónoma... y todo ello, claro está, ha repercutido en su vida cotidiana más allá del colegio. El comedor ha sido un elemento de integración clave para su desarrollo".
La situación ha cambiado este curso escolar, al quedarse sin plaza en el comedor del colegio al aumentar la demanda, atendido que es un colegio nuevo en el que cada año se incorporan cincuenta nuevos alumnos sin que, en contrapartida, aumenten las plazas de comedor, y consecuentemente este niño se ha quedado fuera de las listas que se publicaron en setiembre, a comienzos del curso escolar.
La normativa vigente establece que, en caso de igualdad de condiciones, prima la edad del alumno, teniendo preferencia los menores, lo cual perjudica claramente a este niño, que tiene cumplidos los doce años de edad. "Es su edad biológica -- precisan sus progenitores --la mental no sobrepasa de los cuatro años", y por esta razón se lamentan de una situación que discrimina a su hijo, por lo que después de denunciar el caso y agotar la vía administrativa ante la Delegación Territorial de Educación, han denunciado el caso ante el Defensor del Menor de Andalucía y al director general de Personas con Discapacidad.
"Nuestro hijo está diagnosticado de Trastorno del Espectro Autista, con un 66 por ciento de discapacidad y un grado III de dependencia, es decir, gran dependencia, y por tanto el servicio de comedor es un servicio educativo complementario, que tiene una función claramente integradora y educativa, ya que además de aumentar el tiempo que nuestro hijo pasa integrado con otros niños del colegio, desarrolla su autonomía personal. También le ayuda a aceptar nuevos alimentos, nuevas texturas, ya que como la mayoría de los niños autistas, tiene problemas para aceptar nuevos alimentos y conseguir tener una dieta variada y equilibrada" señalan sus padres en el escrito que ya han hecho llegar al Defensor del Menor, al que ya han avanzado el problema por teléfono.
FUENTE
diariodecadiz.es Martes, 2 de diciembre de 2014
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