miércoles, 4 de junio de 2014

MI VIVENCIA PERSONAL, EN LA CRIPTA DE LA CAPILLA DE LOS FUNDADORES, EN LA CASA - MADRE DE LA CONGREGACIÓN DE LAS HERMANAS HOSPITALARIAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN CIEMPOZUELOS ( MADRID)

Capilla de los Fundadores de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, en la Casa - Madre de Ciempozuelos( Madrid), donde descansan los restos de San Benito Menni  (centro), Sor María Josefa Recio Martín ( derecha) y Sor María Angustias Giménez Vera (izquierda)

Hace unos años, acompañado de mi hijo Jordi, tuve el privilegio de visitar  la Casa - Madre de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, en Ciempozuelos (Madrid).

Por aquel entonces era Superiora de aquella Comunidad, Sor María Dolores Aldaba, que tuvo la gentileza de acompañarnos en la detenida visita que hicimos  a todas las dependencias de aquel  emblemático e histórico establecimiento.

Uno de los lugares que tenía  especial  interés en visitar, era  la capilla de los Fundadores (ver imagen), y en consecuencia había memorizado una especie de oración para cuando me hallara ante el Padre Benito Menni -- en aquella fecha todavía no había sido canonizado -- y que aún recuerdo perfectamente.

"Muchas gracias Padre Menni por protegernos en  este largo viaje hasta  llegar   aquí sin ningún tipo de  incidencia, y os pido Vuestra protección,  de idéntico modo,  en  el trayecto de regreso a nuestros domicilios. Abusando de Vuestra bondad, os quiero también  pedir que iluminéis a aquellas personas jóvenes, que sintiendo la llamada del Señor, puedan dedicar sus vidas a la asistencia de las personas con enfermedad mental o con discapcidades psíquicas, en unos momentos precisamente de falta de vocaciones.  Que  no desfallezcan ni  les falten fuerzas a los padres que conviven con sus hijos con enfermedad mental o con discapacidades psíquicas, ni a los religiosos  y religiosas, ni  a los  profesionales que les asisten en sus establecimientos psiquiátricos,  en  aulas de Educación Especial, en Centros Ocupaciones, en Centros Espaciales de Trabajo, en Pisos Asistidos o en Residencias. Muchas gracias Padre Menni, por escuchar mis peticiones".

Al llegar a aquella capilla, Sor María Dolores Aldaba se retiró y nos dejó solos para nuestra mayor intimidad. Recuerdo que senti una emoción muy dificil de explicar  al encontrarme ante el Padre Menni. Cerré los ojos con la intención de concentrarme y  mentalmente hacerle llegar  mi petición, pero en aquel momento embargó mi cuerpo  una extraña  sensación que jamás había experimentado. Noté unos suaves escalofríos y  que mi cuerpo se elevaba como de un palmo del suelo. Abrí los ojos y todo volvió a la normalidad. Intenté repetidamente  recordar mi oración. No fue posible. Mi mente estaba en blanco.  Y sin embargo todo volvió a la normalidad, a la salida de la capilla.  Una extraña circunstancia que no le concedí mayor importancia. Todo ello había sido fruto de la incontenible emoción que sentí al  encontrarme ante el Padre Benito Menni.



1 comentario:

  1. Joan
    Sabes que yo soy agnóstico, pero me merece un gran respeto la fe, sea Musulmana, Católica o de cualquier otra religión.
    Tu relato es hermoso y lleno de pasión, esa sensación que dices haber vivido, es fruto de haber sentido una paz interior inmensa en ese momento, dejas de estar en un estado terrenal para llegar al espiritual. Lástima que no seamos capaces de conseguir saborear esa experiencia con más frecuencia, creo que los monjes Tibetanos han conseguido reproducir este momento de paz interior.
    Joan, si tienes ocasión de poder volver a sentir esa paz, no lo dudes, aprovechala.

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